miércoles, 2 de mayo de 2007

Qué cerdos los que cagan


Acabo de volver de un estupendo paseo en bicicleta por Majadahonda, con un cielo estupendo, un aire fresco que daba gusto... y eso es lo que me he encontrado: cagadas de perro cada dos pasos. Excelentemente extendidas por toda la acera y por todas las aceras. La madre que los parió. A los perros y a los dueños, sobre todo.

Qué cerdos hay que ser para dejar al perro cagar en cualquier parte y sin recoger. Los dueños, muy finolis ellos, son de esos que beben el vaso con el dedo meñique levantado (sin saber que es de mala educación, pobres ignorantes), y luego,para rematar semejante demostración de clase, dejan que la cagada de su puto perro se extienda por la calle e impregne a cualquier paseante.

No hay nada peor que los nuevos ricos, si es que ya lo decía yo. Manténgase alejados de esta panda de paletos de pueblos a los que les dan una urbanización y creen que las normas de educación ya no valen con ellos, sólo porque tienen una hipoteca hasta las cejas y hasta que sus tataranietos la palmen. Asco de nuevos ricos piojosos y maleducados.

A propósito, que para esos idiotas ya hay un libro a su medida: se llama "Cómo cagar en el monte".

Pues sí señores, ha habido algún imbécil (en este caso, una) al que le han publicado un libro semejante... Y pensar que hay otros excelentes escritores que se mueren de hambre. Está claro: vivimos en la sociedad de la mediocridad. A mí me deberían publicar este blog, seguro que me forraba.