De vuelta

Ya estoy de vuelta tras casi un año de no publicar, pero es que no tenía ganas. Ni tiempo. He estado trabajado como una burra para nada, porque al final he vuelto a la casilla de partida. Eso sí: ya no me tocó aguantar alumnos imbéciles, sino otra clase de imbéciles, los de oficina, que no se sabe quién es peor ni quién cree más que eres su criada. Quizás habría que hacer un cambio mental para situarse por encima de ellos y que dejen de darte por el culo (figuradamente).

Entre otras cosas, para esta nueva etapa que comienza (espero) y este nuevo año escolar que está a puntito de empezar me he planteado escribir un libro, o varios, porque la verdad es que vivencias tengo de sobra y como mi lengua franca no la aguanta cualquiera, mejor ponerlo todo por escrito y desahogarse a gusto, e igual puede que me toque la lotería y pueda empezar a vender libros... Chi lo sá...

El caso es que hace dos semanas tuve una mala noticia: mi gran "follador", el Dios del sexo como yo lo llamo, y que fue un portugués afincado en España pero que habla italiano (¿qué lío, verdad?) ¡¡¡se ha casado!!! Arghhh... qué pena, por Dios, y eso que era de esos tíos a los que vale la pena seguir llamándoles porque el favor que te hacen es de los mayúsculos y no esas intentonas de colegiales de 3ero de parvulario que son el resto de hombres (la mayoría) en la cama. Ése sí que valía. Pero se ha vuelto a casar el mamón de él. Tampoco es que fuese una joyita fuera de la cama, se lavaba pocas veces y era egoísta hasta la antipatía como todos, pero bueno, se le perdonaba porque te hacía ver las estrellas cada vez que te tocaba... Qué recuerdos, por Dios. Ahora es otra la que lo disfruta. Pues que aproveche, aunque me pregunto por qué siempre son las frígidas y las más sosas en tener más suerte y llevarse los sementales a su cama, y de matrimonio encima. Uf, qué pena.

Bueno, hasta aquí por hoy, volveré a hablar de imbéciles varios en pocos días.

Smuac!!